Alberto Díez: "La incidencia de la EHE puede ser mayor en gran parte de Galicia este año"

Tras unos meses de hibernación, el mosquito que transmite la enfermedad hemorrágica epizoótica se reactiva con la subida de las temperaturas y vuelve a ser una amenaza para las explotaciones de leche y carne. La preocupación es grande tras causar ya la muerte de cerca de 400 vacas en la comunidad y dejar secuelas en otras. Y 2024 pinta peor, como advierte este veterinario clínico de rumiantes y profesor de sanidad animal de la Complutense
Alberto Díez Guerrier. EP
photo_camera Alberto Díez Guerrier. EP

Saltó de África a España en el otoño de 2022 y casi un año después se detectó el primer caso en Galicia, en una granja de As Pontes. A día de hoy, la enfermedad sigue siendo un foco de incógnitas y frustración: cada caso es un mundo, no hay tratamiento que la cure ni vacuna que frene la variante que nos afecta, y su control no es tarea sencilla. Las pérdidas que causa pueden ser elevadas. 

¿Qué es la EHE y qué factores explican que llegase a España?
Es una enfermedad vírica, no contagiosa, transmitida por vectores —en este caso mosquitos— que afecta a cérvidos y bovinos. No es transmisible al hombre, ni por contacto con animales ni por consumir alimentos de origen animal. Considerada emergente en Europa, es de amplia distribución a nivel mundial. Las causas de la aparición de estas enfermedades en nuestro país las encontramos en el aumento de las temperaturas y en los desplazamientos de personas, animales y mercancías.

La llegada del buen tiempo hace temer la aparición de nuevos casos tras meses con el mosquito fuera de juego. ¿Qué se prevé que pueda ocurrir en los próximos meses en Galicia? ¿Habrá una alta incidencia?
Es la pregunta que todos nos hacemos, qué pasará este año. Nos encontramos ante un serotipo del virus poco estudiado, por lo que aún tenemos bastantes lagunas en la patogenia y comportamiento de la enfermedad. Por los datos que vamos conociendo, prevemos una inmunidad importante en las zonas con elevada afectación el año pasado y, consecuentemente, una menor gravedad. En cambio, probablemente habrá una mayor incidencia en aquellas zonas dónde llegó más tardía y con menor difusión entre el ganado, como es el caso de gran parte de Galicia.

¿Se han tomado medidas para tratar de minimizar la incidencia?
Las enfermedades vectoriales presentan una gran dificultad en su control. Sería recomendable la limitación en los movimientos, pero es una medida que perjudica seriamente al sector y tampoco parece lo más eficaz cuando existen reservorios silvestres. Se aplica desinsectación de animales y medios de transporte para tratar de minimizar el riesgo de contagio. 

¿Qué ocurre en el organismo de la vaca cuándo contrae el virus y hasta qué punto puede dañarlo? 
La replicación viral en el organismo produce una serie de lesiones que se traducen en la sintomatología que vemos. En esta enfermedad, más cuando se trata de una población que no ha tenido contacto previo con el virus, la variabilidad es muy grande, dependiendo en gran medida de la respuesta inmune. Esto se traduce en que gran parte de las vacas la pasan de forma asintomática, pero queda un porcentaje de animales con sintomatología de diversa gravedad e incluso la muerte. 

¿Qué síntomas y señales pueden indicar al ganadero que tiene animales con EHE en su explotación? 
Suele comenzar con fiebre y apatía, siendo muy característica la aparición de lesiones en mucosas (desde enrojecimiento y descamación del hocico hasta estomatitis ulcerosa), disfagia, anorexia y cojeras.

Suele comenzar con fiebre y apatía, siendo muy característica la aparición de lesiones en la mucosa, anorexia o cojera
 

¿Cómo debe actuar el titular de la granja ante la primera sospecha? 
Es importante comunicar la sospecha a su veterinario, no solo para la atención de los animales, también para la monitorización y seguimiento de la enfermedad, algo que permite tomar medidas de lucha y control. Cabe destacar que no supone ninguna restricción para la explotación.

Algunos veterinarios en Galicia afirmaron que hubo más casos de los declarados de manera oficial. ¿Sería conveniente establecer unos protocolos que permitan controlar y conocer mejor la incidencia? 
Estos protocolos existen, quizás es importante la mentalización de todos los agentes implicados para su correcta aplicación. 

¿Qué se puede hacer en prevención? 
Por un lado estaría el control de los mosquitos, que es complicado pero permite ciertas actuaciones en explotaciones intensivas (como desinsectación, barreras físicas, etc), aunque no tanto en extensivo. Otro aspecto es garantizar una buena respuesta inmune de los animales, lo que implica evitar todos los factores que causen inmunosupresión. Y extremar la vigilancia de los animales para detección precoz de los afectados.

¿Qué secuelas les quedan a los animales que consiguen sobrevivir?
Nos estamos encontrando con una amplia variedad de secuelas, pero destacaría como más habituales cojeras, alteraciones digestivas y algunos problemas reproductivos. Reseñar que, afortunadamente, estas secuelas se presentan en un número reducido de los animales que pasan la enfermedad. 

¿La posibilidad de contar aquí con una vacuna contra la EHE es, a día de hoy, remota? ¿Por qué no se desarrolla o se importa de otros países si es la única solución? 
No la calificaría de remota, pero tampoco inmediata. No hay vacunas frente al serotipo 8, que es el presente en España. Tampoco frente a otros serotipos de riesgo como el 6. Existen diversos proyectos de investigación a nivel mundial para desarrollo de estas vacunas, pero aún en fases intermedias. En cuanto a las de eficacia probada y comercializadas, solo existen frente al serotipo 2 en Japón, por lo que aquí no serían útiles.

No diría que es remota la posibilidad de contar con una vacuna contra la enfermedad aquí, pero tampoco inmediata

Los datos que existen sobre mortalidad por esta enfermedad, ¿qué conclusiones dejan?
Indican que es variable entre regiones, incluso entre explotaciones de la misma área geográfica. Los estudios realizados hasta el momento, a nivel nacional, dan índices de mortalidad de entre 0,5 y el 1,5%. Pero la mortalidad, siendo importante, no debe centralizar las pérdidas que produce la EHE en las ganaderías.

¿Qué tan difícil resulta para los veterinarios saber cómo tratar una enfermedad nueva en España?
Más que por la novedad, es por la propia enfermedad. Al ser de origen vírico no disponemos de tratamientos eficaces, teniendo que limitarnos a medidas que ayuden al organismo a superar el proceso. 

¿Qué aprendizajes podríamos sacar de lo ocurrido en aquellos países donde la enfermedad lleva mucho más tiempo circulando? 
Observamos que se trata de una enfermedad endémica, que cursa con picos de mayor incidencia cada siete u ocho años. Obviamente, la mayor afectación se produce en el primer barrido. Y también se detectan grandes diferencias dependiendo de serotipos e incluso dentro del mismo serotipo.

¿Son estas enfermedades emergentes una de las grandes amenazas del sector ganadero? 
Sin duda, y hay que ser conscientes de esta grave amenaza. De hecho, la EHE puede ser el aviso de una serie de enfermedades presentes en el continente africano con grave riesgo de pasar a nuestro país. 

Comentarios