Acaban de despertar los osos tras un largo invierno de letargo y observan atentos cómo la primavera eclosiona a su alrededor. El pequeño insecto palo toma el sol protegido por su perfecto camuflaje entre las plantas mientras los dromedarios se pasean con su caminar tranquilo. Los monos juegan con gran algarabía en tanto las tortugas gigantes rememoran los mejores momentos de su larga historia.
No es el comienzo de un cuento, es la vida diaria en Marcelle Natureza, un paraíso para los animales y para quien quiera acercarse a ellos. Este espacio natural, ubicado en San Martín de Guillar (Outeiro de Rei), acoge fauna procedente de lugares muy dispares y ofrece la posibilidad de acercarse a los animales con un simple paseo por un entorno especialmente agradable y siempre al aire libre.
El lince ibérico, con un gran trabajo de conservación de la especie por parte de los gestores del parque, se pasea triunfante por este espacio de Outeiro de Rei, que puede presumir también de acoger otros ejemplares difíciles de observar, como la tortuga de tierra africana, que ya solo sobrevive en reservas y parques naturales y cuyo peso oscila entre los 60 y los 90 kilos.
Maras, suricatas, bisontes, avestruces, antílopes, aves muy diversas, jinetas… todos conviven en Marcelle, donde el tiempo se mueve a otro ritmo y la naturaleza marca la pauta.
Dentro del propio espacio de Marcelle, hay un lugar protegido, reservado, en el que viven especies que requieren una mayor intimidad para tener unas condiciones de vida saludables. Allí moran los lobos, los canguros wallaby, los ciervos axis, los buites leonados o los muflones. A este espacio solo se puede acceder acompañado de un guía y, por motivos derivados de las restricciones por el covid-19, en estos momentos las visitas solo pueden concertarse en grupos familiares o con los límites de reunión establecidos en cada momento por las normativas sanitarias.
Pero al margen de esa reserva, Marcelle ofrece más atractivos de los que el ojo humano puede asimilar en una sola jornada. El caballo más pequeño del mundo, el burro africano, la cebra, emús, ñandúes, especies exóticas como el marabú africano o simpáticos primates impensables en los árboles lucenses.
Marcelle Natureza es un lugar ideal para disfrutar en familia. Niños y mayores compartirán sorpresas y más de una exclamación de admiración.
El objetivo de Loli Guitián y Rosa Rivas, directoras de Marcelle Natureza, es educar para proteger la fauna silvestre y contribuir a su conservación. Son conscientes de que proteger la biodiversidad es el único modo de asegurar el futuro del planeta y de todos sus habitantes. Con esta filosofía, cuidan de sus huéspedes con esmero y eso salta a la vista de los visitantes.
Los animales que se alojan en Marcelle proceden de otros zoológicos, centros de recuperación o de rescate, nunca son capturados en libertad.
El centro realiza también actividades de investigación que contribuyen a la conservación de especies. Desarrollan, además, programas educativos dirigidos a concienciar y sensibilizar a los visitantes, motivándolos para cuidar y conservar la biodiversidad.
En definitiva, Marcelle regala a sus visitantes una experiencia inolvidable tanto por la posibilidad de ver fauna difícil de observar por estas latitudes como por la oportunidad de pasar un día agradable en familia, en un entorno natural seguro.
