Mountain House, una gran cabaña vintage para el ocio de los niños
Un proyecto de más de cuatro años de intenso trabajo es ya una de las grandes referencias del ocio en Galicia, totalmente distinto a lo existente hasta ahora. 2.000 metros cuadrados dedicados al descanso, el bienestar y el disfrute de familias enteras, desde los más pequeños hasta los abuelos. No es ni más ni menos que el sueño hecho realidad de Jandri Fernández, la gerente de Mountain House, el centro de ocio ubicado en Ramalleira 7, en Bértola-Vilaboa, estratégicamente situado entre Pontevedra y Vigo.
El ambiente vintage, tan de moda actualmente, acerca a los padres y abuelos a la nostalgia de tiempos vividos con gran felicidad, a la vez que llama la atención de niños y jóvenes. Además, no se trata de piezas retro, sino de auténticas joyas de museo en cada uno de los ambientes de que dispone Mountain House.
Todo su diseño y decoración son únicos, con muchas horas de restauración detrás, incluso en lo que se refiere a juguetes completamente originales. Esto contrasta con el mayor tobogán cubierto de toda Galicia (acompañado de otros de diferentes tamaños y formas) y con la pista de coches americanos ‘crazy cars’, también única en la comunidad y que está generando una increíble diversión a chavales; a lo que se suman hinchables, campo de fútbol y otros juegos más habituales.
Su impulsora tiene claro que la gente precisa de momentos de calma y tranquilidad, lejos de la velocidad a la que fluyen los cambios de «este mundo virtual». En este sentido, apostó «por un lugar distinto para niños, padres y abuelos, ambientado en esos tiempos a los que deseamos volver, para lo que contamos con auténticas piezas de museo, que nos dan personalidad y están llenas de vida, de historia, de energía…».
Los alimentos que se sirven en el restaurante del espacio tienen un índice de procesamiento bajo y la carta se centra en la pureza mediante la utilización de ingredientes no artificiales
Mountain House dispone también de un espacio pedagógico que da respuesta a la diversidad que existe entre la población infantil. La idea es crear, a partir de lo sencillo, lugares cómodos y confortables para todo tipo de niños. No falta la zona de legos, una biblioteca en diferentes idiomas y una zona de dibujo en pizarra (partiendo de la propia verticalidad de los niños).
Y aunque gran parte del centro de ocio se destina a niños hasta los 14 años, la dirección no solo ha valorado el bienestar de los más pequeños, sino que considera imprescindible que los padres se sientan bien acogidos. En este caso, disponen de una cafetería que simula un auténtico museo de piezas antiguas, seleccionadas buscando lo más auténtico y genuino, sin ninguna copia retro, lo que despierta enormes sensaciones entre los clientes.

Este espacio cuenta con una magnífica carta, con un trabajo en cocina dirigido por un chef especializado, que hará soñar a los comensales con diferentes platos nórdicos inusuales en la zona, además de los sabores más cercanos. Los alimentos que se sirven tienen un índice de procesamiento bajo y la carta se centra en la pureza mediante la utilización de ingredientes no artificiales. «Nos centramos en la sencillez, es una comida honesta, que resalta los sabores propios y, además, es saludable y nutritiva», explica Jandri Fernández.
Además del uso familiar de Mountain House, sus instalaciones son idóneas para celebrar cumpleaños, en este caso con un máximo de dos al día y con no más de doce niños cada uno, que dispondrán de siete zonas diferentes de juegos, monitores especializados y todo aquello de lo que más disfrutan los más pequeños en las fiestas de aniversario.
El espacio cuenta con las máximas medidas de prevención y desinfección, entre ellas doce máquinas de ozono, dando cumplimiento a las indicaciones sanitarias para lograr la mayor seguridad de los usuarios
La idea es conjugar la diversión y la seguridad de los niños, con la tranquilidad de los padres, siempre dentro del tesoro que supone esta enorme cabaña de bosque llena de diversión, aunque a la vez de paz y calma.
Y en tiempo de covid mucho más. Este espacio abrió sus puertas el 11 de diciembre, debiendo cerrar varias veces y por diferentes períodos de tiempo a causa de la pandemia. En todo caso, cuando está abierto cuenta con las máximas medidas de prevención y desinfección, entre ellas doce máquinas de ozono, dando cumplimiento a las indicaciones sanitarias para lograr la mayor seguridad de los usuarios.