Un municipio ideal para el turismo familiar, ya sea de uno o varios días, ofreciendo alternativas de naturaleza, arqueología, playas, aventura, cultura y ocio

Marín, una oferta única de turismo verde, playas, aventura y patrimonio

Marín se ha convertido en los últimos años en uno de esos municipios ideales para el turismo familiar, ya sea de uno o varios días, ofreciendo alternativas de naturaleza, arqueología, playas, aventura, cultura y ocio desde el propio centro de la villa, sin olvidarnos de su rica gastronomía, una oferta que ya están aprovechando los propios vecinos y muchas personas llegadas de localidades cercanas.

La Alameda Rosalía de Castro es el centro neurálgico de la localidad y desde ahí cualquier visitante, incluidas las familias con niños pueden recorrer las callejuelas de su casco antiguo o su paseo marítimo, disfrutar de varios parques infantiles, visitar el Museo Torres, en el que, además de una muestra permanente de su insigne benefactor (Manuel Torres), suelen desarrollarse exposiciones temporales, o acercarse al Parque Eguren.

La apuesta por el turismo verde, con el plan 'Marín a Pé', ha facilitado que actualmente los visitantes puedan disfrutar de cuatro rutas de senderismo, en las que la naturaleza, los miradores, el arte y la historia son los grandes protagonistas. Las rutas denominadas Cinco Miradoiros, As Praias, Montes e Praias y Monte Penizas nos llevan a descubrir una gran parte de la riqueza paisajística y patrimonial de Marín, incluidos los petroglifos de Mogor, el Castro da Subidá, el Menhir de Currás o las iglesias románicas de O Campo y Santomé de Piñeiro.

Finca De Briz

La Finca de Briz, un lugar paradisíaco con atractivos para todas las edades

Siguiendo por los alrededores del centro urbano y extendiendo luego la visita hacia los límites con Bueu, la villa marinense ofrece siete playas con diferentes características, pero todas de una magnífica calidad en cuanto a servicios y comodidades.


PLAYAS. El recorrido puede empezar por Portocelo, el arenal más urbano, con 350 metros de longitud y a la que se llega en muy pocos minutos desde la Alameda. A continuación, con forma de concha y arena dorada y fina, nos encontramos la playa de Mogor, que da paso luego a la de mayores dimensiones del municipio, la de Aguete, con 900 metros, arena blanca y fina, así como la posibilidad de practicar deportes náuticos.

Si se continúa un poco más allá, será Loira quien nos sorprenda por su belleza y sus atardeceres, al igual que la íntima de O Santo y su isla de San Clemente, a las que siguen A Coviña (la más pequeña y escondida) y la de Lapamán, compartida con Bueu. Todo un abanico de posibilidades para disfrutar todo el año, pero en especial desde la primavera hasta la llegada del otoño.

No se puede estar en Marín sin disfrutar del parque natural del Lago de Castiñeiras, compartido con Vilaboa, en el que no falta, un área recreativa con asadores (Marín es de los pocos concellos, fue el primero de Galicia, en los que se puede asar durante todo el año, porque estos asadores están homologados), parques para los niños (con dos nuevos, que se ejecutaron con materiales y juegos que se integran en el paisaje del propio lago) y la posibilidad de visitar diferentes mámoas y petroglifos, además del Mirador de Cotorredondo desde el que, en días despejados, se pueden ver las rías de Arousa, Pontevedra y Vigo.

En este pequeño resumen de todo lo que puede ofrecer Marín al visitante, no podemos dejar de acercarnos y pasar un día o una tarde en el Ecoparque Multiaventura de Cadro (el primero de Galicia). Se trata de un espacio para el turismo activo y de aventura, con 60 juegos distribuidos alrededor de seis rutas, pensados para todas las edades: tirolinas, puentes tibetanos, caminos de redes y hasta un rocódromo para hacer las delicias de toda la familia.

Sin duda alguna, Marín ofrece una alternativa fantástica para disfrutar en familia, en pareja, en solitario o con grupos de amigos y siempre nos recibe con los brazos abiertos.

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